Víctima 8

Mi historia comienza como cualquiera, una adolescente enamorada de su pareja, la cual cree que es el amor de su vida. Los dos primeros meses fueron maravillosos, de fantasía podríamos decir. Él era perfecto, me respetaba y quería, pero todo comenzó a caer el día que me dijo que no le parecía bien que hablara con mi ex-pareja (a quien yo consideraba uno de mis mejores amigos).

"Es que no me parece bien que hables con él", "Es más guapo que yo", "Ninguna amiga mía habla con su ex". Yo, ante esos comentarios, me quedé atónita. ¿Qué mas le daba que hablase con él o no?. Hasta que un día me dio un ultimátum, "O dejas de hablar con él, o tu y yo rompemos". Ese día le borré de mis redes sociales y le bloqueé de WhatsApp, todo por "amor". Realmente, cuando no estaba con mi novio, hablaba con mi ex, porque, jolín, vivía a bastantes kilómetros de mí y quería saber cómo estaba. El día que vio que tenía conversaciones recientes con él, me montó un pollo increíble y como esos, unos cuantos cuantos más. Siempre hacía como que me perdonaba, es decir, que yo era la culpable de que el se pusiera así de triste. Aun así, eso sólo fue el comienzo de una relación que acabaría conmigo.

Él decía que los tops eran de puta y tampoco le gustaba que llevase tacones; porque me hacían más alta que él. Un día, insistió en que fuera a su casa (vivíamos en ciudades diferentes). En un principio, le dije que no, él se enfadó, y cuando estaba en el bus yendo para allá a darle una sorpresa, me dijo que le daba igual, que ya no fuera y que no me iba a recibir (al final "lo hizo", pero estaba en pijama, tirado en la cama y no se alegró de verme). Se molestaba muchísimo cuando no le contestaba a los WhatsApp y quería que él fuera la última persona con la que hablase cada noche. En verano, quedé con mi expareja, porque al fin y al cabo éramos amigos. Mi novio vio las fotos que nos hicimos y me obligó a borrarlas. Tampoco quería que le enseñara fotos de años anteriores, sobre todo cuando coincidía con la época en la que estaba con mi expareja, decía que no quería verme en esa etapa. Me controlaba el móvil y con quién hablaba. Un día, me dijo que le dijera qué chicos de mi chats eran gays, para luego revisar las conversaciones de aquellos que no lo fueran y ver de qué hablábamos. Si teníamos problemas en la relación, eran por mi inmadurez y yo tenía la culpa de que no fuéramos bien.

Me regalaba cosas continuamente para hacerme creer que me quería. Una de esas veces, tuvimos una discusión muy muy gorda. Por la tarde, yo estaba en la biblioteca con unas compañeras (añadir que íbamos juntos a clase, eso lo complicaba muchas veces, porque no podía respirar en ningún sitio, salvo cuando estaba en mi casa sola, ya que cada vez quedaba menos con mis amigas) y vino con una rosa y tres tarros llenos de chuches. Me hizo salir de allí y quería hablar conmigo. "Voy a cambiar, te lo prometo", me dijo. Mentira, todo mentira. Era un orgulloso, según él lo hacía todo bien. Me hacía mucho chantaje emocional. Si quería hacer algo y él no, entonces me decía "¿Es que no quieres verme?" "¿Te importa más eso que yo?". Fui de viaje fuera de España, él no pudo, y me dijo que no le parecía bien que fuera sin él. Me habló muy poco mientras estaba allí. No quería que ningún chico de allí hablara conmigo.

Me aisló de mis amigos, comenzó a ponerle pegas a todos, decir cosas feas de ellos. Me humillaba, haciéndome creer que era yo la que se equivocaba y, de esa manera, me creaba inseguridad. Comparaba su padre con el mío y ponía pegas de mi madre. También, me chantajeaba diciendo que si no iba a su casa, sería culpa mía lo que le podría pasar. Me hacía culpable de mis decisiones. Se peleó con su padre y me tocó ir a su ciudad para que no estuviera solo en la calle, porque no quería subir a casa. Tenía gestos negativos hacía mí; tanto en casa, como en el instituto. En el cumpleaños de una de mis mejores amigas, que duraba todo el día, en un principio dijimos de quedar por la tarde e ir a ver el futbol juntos, pero, al final, como estaba tan a gusto, le dije que no me apetecía ir. Él se enfadó muchísimo y comenzó a recriminarme cosas por WhatsApp.

Hubo un mes que fue el peor de toda mi vida. Fue cuando comencé a tenerle miedo por la forma en la que hablaba conmigo. Tuvimos tal pelea en el instituto, que me metí en el baño y no salí hasta que acabaron las dos clases siguientes. No podía más con esto. No quería que me fuese a estudiar fuera, sino lo dejaríamos, porque no quería una relación a distancia y me decía que me quedase allí. Me abusó sexualmente, dejémoslo ahí, no necesita más explicación. Me presionó para que me tomase las pastillas anticonceptivas, para poder hacerlo sin condón. Me chantajeaba con quedar. Es decir, si no se lo decía a mi madre, no quedábamos. Una vez, quedé con mis amigas para ir a la feria y como con él no había quedado en todo el finde, fui a cenar con él a presión. No quería que bebiera alcohol sin él. Su comportamiento en la calle (discusiones públicas) me agobiaba. Cuando yo subía el tono, me echaba la bronca en la calle. No lo soportaba y le pedía por favor que bajara el volumen, pero no me hacía caso. Se emborrachó, yo estaba en la otra punta de la ciudad, y con una amiga nos la recorrimos casi corriendo para ir al hospital a verle en urgencias. Después de dos horas esperando, pude verle y me dijo: "Pues no estás triste, me hubiera gustado verte llorar o preocupada" (cuando yo intenté, todo el rato, aguantar las lágrimas para que me viera feliz y nada preocupada y no se sintiera mal por lo que había pasado). Un día yendo al instituto, me dijo que no le apetecía ir (el día anterior me dijo que quería suicidarse) y que hiciera con el pellas. Las hice, por él, porque me chantajeó diciendo que, si no lo hacía, realmente yo no le importaba nada y no le quería. Me decía de dormir en su casa y a mí, a veces, no me apetecía o mi madre no me dejaba, y se enfadaba. Como estas, muchas más cosas que ahora ni recordaré.

Todo esto, durante un año y medio. Han pasado 4 años y lo sigo recordando.