Víctima 12
- Izar Lizarralde
- 6 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 mar 2022
A veces algo tan simple como contarlo ayuda a dejarlo ir, vivir más en paz y quitar la vergüenza. Así que allá va una de mis historias. Tenía apenas 12-13 años, estaría en 6° de Primaria o 1° de ESO. Estábamos mis amigas y yo en un parque ensayando una coreografía de baile que teníamos que representar para Educación Física. Nos pusimos en un parque, no había nadie, sólo un hombre en un banco, pero no le dimos importancia. Estábamos practicando nuestro baile tan felices, cuando de repente nos dimos cuenta de que aquel hombre tenía el pene fuera y se estaba tocando. Además, tenía el móvil en la otra mano y nos había estado apuntando.
Recuerdo que nos asustamos mucho y nos fuimos corriendo, aunque en ese momento éramos niñas y no entendíamos bien qué estaba haciendo. Con el paso de los años comprendí qué era lo que estaba haciendo. Me he quedado con la angustia de que ese vídeo esté subido en alguna página o sea usado más veces por hombres para masturbarse. Joder, éramos niñas y sólo estábamos practicando nuestra coreografía.
No sé si esta historia encaja aquí, a veces no sé si soy yo la que soy demasiado intensa y le doy más importancia de la que es. Simplemente, es la primera historia que recuerdo con trauma, donde fuimos brutalmente hipersexualizadas, sin quererlo, y me persigue hasta ahora (tengo 24 años). Odio que, por ser mujeres, nos cosifiquen. Hoy en día, te agachas a atarte los cordones en el metro con una falda y ya estás siendo hipersexualizada, analizada por algún hombre cuya mirada no te quitas de encima en todo el viaje.
Y todavía piensas que es tu culpa por llevar falda...
Comments